viernes, octubre 27, 2006

Como fugarse a otro mundo

Para fugarse a otro mundo siga nuestras instrucciones:

1- Encienda su cadena musical y ponga música a su agrado.
2-Colóquese en el sofá o en un sitio que le relaje.
3-Cierre los ojos y sobre todo escuche, escuche bien…
4-Vuele con la imaginación al ritmo que los sonidos le marquen.

De este modo, si la música es céltica, puede viajar, de forma inmediata, a un mundo medieval totalmente desconocido hasta ahora.
Si escogió una opción más rítmica comprobará que se encuentra usted en formación, dentro de un ejército a punto de batallar contra un castillo.
Si por el contrario su melodía es dulce se encontrará volando a grandísima velocidad observando desde arriba multitud de paisajes, viajando desde un lago hasta una montaña en apenas unos instantes, pasando de un país a otro a su antojo, acercándose a tierra y retomando el vuelo a gran velocidad.
Si se le eriza la piel, no se preocupe, es porque el dardo musical acertó en la diana de sus sentimientos.
(Yo estuve ayer en el paisaje de la foto. Un ligera fuga terrenal)

lunes, octubre 23, 2006

Amarnos más

Formemos una gran cadena, estrechemos nuestros lazos, apliquemos nuestras energías, unamos nuestras manos, acerquémonos todos un poco más, sintámonos unidos, cerremos juntos los ojos, ayudémonos, demos más de nosotros mismos, conozcámonos.
En definitiva… ¡aprendamos a amarnos más!.

jueves, octubre 19, 2006

Doña competencia

Yo soy doña competencia. Acerque a su hijo hacia mí desde la más tierna infancia y no saldrá perjudicado. Vénguese de su vecino ganándole la partida a diario. Entrénese conmigo y le enseñaré los trucos más sucios para verse beneficiado en todos los avatares de la vida. Experiencia demostrada a lo largo de siglos me avalan. Egoísmo absoluto, ganancias infinitesimales, orgullo enaltecido, avaricia desbordada, envidia del prójimo, éxito profesional, personal y patrimonial.
¡¡Gane la felicidad en mayor grado que el resto de mortales!!.
Cursos gratuitos.
Lugar: la vida.

lunes, octubre 16, 2006

Nuestra memoria

"Hay que haber empezado a perder la memoria, aunque sea sólo a retazos, para darse cuenta de que esta memoria es lo que constituye toda nuestra vida. Una vida sin memoria no sería vida... Nuestra memoria es nuestra coherencia, nuestra razón, nuestra acción, nuestro sentimiento. Sin ella, no somos nada...."
Cita: Luis Buñuel
Libro: "El hombre que confundió a su mujer con un sombrero", de Oliver Sacks.

miércoles, octubre 11, 2006

Una sonrisa para tí

Hoy quiero contagiarte una sonrisa
para alegrar tu corazón inquieto,
Hoy quiero ser espejo
donde reflejar tu melodía.

Quiero un segundo de felicidad,
donar magia a tu recuerdo,
que contagies tú a los demás
todo lo que tienes bello.

Hoy quiero contagiarte una sonrisa,
pequeño oasis para gran desierto,
y mañana también, mañana te daré otra
ser ya tu incansable secreto.

lunes, octubre 09, 2006

Aquel día...

Aquel día fueron al cine al aire libre. A pesar de que la temperatura fue calurosa durante las horas de sol, el frescor de la media noche, el manto de estrellas y el paso de las horas hizo que ella tuviese pequeños escalofríos. Él le ofreció su cuerpo acercándola con el brazo, sintiendo mucho más que su bello rostro sobre el hombro. Era una experiencia que su corazón había olvidado hace tiempo y se sentía entre placenteramente feliz y novedosamente inquieto. Aquel alegre nerviosismo...
Terminó la película y caminaron vigilados por los luminosos ojos de las farolas y aquellos silenciosos árboles, testigos secretos de sus conversaciones.
Llegaron a la habitación. En la cama ella se acercó un poco más que el resto de las noches y él la recogió en su pecho a la vez que acariciaba sus cabellos. El día había sido agotador y el cansancio hacía cerrarles poco a poco los ojos.
Con un acto reflejo ella le robó un beso de su cuello. Él ya no pudo dormir más por no querer dejar de sentir la felicidad de aquel instante…
Ya la quería.

viernes, octubre 06, 2006

Homenaje a los que me quieren

A veces es mejor rodearse sólo de gente que te quiera. Ellos te hacen levantar los ánimos incondicionalmente, sin más precio que tu presencia, sin pedir nada a cambio, con solo su comprensión, su cercanía, sus miradas o su amistad.
A veces es mejor rodearse sólo de gente que te quiera. Con ellos el ego recupera poco a poco la posición perdida, el estrecho campo de visión vuelve a aumentar, la debilidad cambia a fortaleza, la tristeza va tornando a alegría. Valores que no tienen precio y que ellos dan con sus manos, justamente cuando más lo necesitas. Saben escuchar o simplemente te silencian acompañándote a mirar hacia otro lado, abriéndote otras posibilidades, otros círculos, nuevas oportunidades. La amistad cobra entonces un sentido especial, toma un valor añadido, ese algo “más” que nunca sabremos recompensar.
A veces es mejor rodearse sólo de gente que te quiera para volver a coger la vida por la “pechera”, mirarla rabioso a los ojos, hacer lo propio con uno mismo y arrancar de nuevo juntos hacia delante, ahora más valientes y decididos, conocedores de la fortuna que poseemos sintiendo ese gran respaldo que nos acompaña en el camino y que no es otro que su propia compañía…

miércoles, octubre 04, 2006

¡Vuelve, locura mía!

La locura siempre me ayudó. Ella colaboraba a hacer que ciertos momentos de mi vida fueran puramente mágicos. Esos momentos que se presentan de vez en cuando y a los que una pizca de su alocada esencia les da entonces ese valor que ya no pierden jamás. Pero esta vez no. Esta vez la condenada razón frenó su actuación y se impuso, ganando la batalla y, ¡que narices!, ganándome a mi mismo, sin dejarme ser yo, porque yo siempre he sido más feliz de la mano de la locura. ¡Un segundo elogio de ella tendría que realizar si Erasmo no lo hubiese dejado tan claro en el suyo!.
¡Yo te reclamo, locura!. Te reclamo. Te imploro para que vuelvas a mí y me mires a los ojos en la próxima ocasión; que no me abandones y me procures esa felicidad y la que mis acciones reciben contigo. Te reclamo para mis mágicos instantes, para hacer feliz a los demás, para sentirme feliz yo... Hoy doy vueltas y vueltas sobre mí mismo desesperado y te reclamo a la vez que te maldigo ¿Cómo me pudiste abandonar allí precisamente?...

lunes, octubre 02, 2006

Me encanta volar

A mi siempre me encanta volar. Cuando el avión toma la pista de despegue no puedo evitar asomarme a la ventanilla, contemplar la altísima velocidad que toma y lo que es mejor, sonreir. Siempre sonrío y disfruto. Quizás también porque sé que me dirijo a otro lugar lejano o por la sorpresa que me produce estar en el aire montado en un aparato de chatarra. La cuestión es que no paro de asomarme a la ventanilla, veo los lugares, las casas, los coches empequeñecer y me vuelve la inevitable sonrisa. Atravesando las nubes de algodón y tocarlas casi con las manos me hace volar también con la imaginación. Son momentos relajantes que aprovecho para pensar en quién no debo o hacerlo en quién sí, soñar situaciones nuevas, pensar en lo que me pasó, ver el mundo desde otra perspectiva, relativizar todo un poco más.
A mi siempre me encanta volar, estar cercano al cielo, soñar por unos instantes, ver lo insignificantes que somos, tener el mundo a mis pies, amar desde allá arriba, soñar, soñar, soñar…