Dentro de la pobreza, tienen la grandeza en sus manos. Tejida con finísimo papel la hacen volar al viento, sea fuerte o venga debilitado, que ellos no le temen a nada felices de tener la magia entre sus manos. Poseen gran destreza e imaginación y pintan dibujos en el cielo, haciendo levantar las miradas hacia un mundo paralelo y lleno de aventuras. Sueltan y recogen el hilo con rapidez y se sienten transportados allá arriba, abandonando la tierra para volar mucho más alto, se alejan, vuelven a caer, se levantan y retoman el sueño deseado. Ese es su juego, la cometa. Por unos instantes el poder y la grandeza entre sus manos.
-------------Hoy vino "al hilo" (nunca mejor dicho) de otro extracto mío:
“…Cuando te cuente esta estampa entenderás de qué te hablo. Imaginate observar todas estas casas medio derruidas desde lo alto, con todo lleno de niños, subidos a los tejados o las partes altas de sus casas haciendo volar sus cometas de papel al son de un viento casi inexistente. Ellos tienen un rodillo de hilo que despliegan con gran maestría a la altura de sus cabezas y hacen que sus cometas se mantengan en el cielo a grandes distancias. Miras el horizonte y ves cometas y cometas. Algún mayor les acompaña en ocasiones como queriendo volver a ser niños”.
(Nepal, 2003)