viernes, junio 09, 2006

La felicidad en el aire


No me llamo Victoria Beckham. Mis padres son campesinos y mis tres hermanos ayudan en las tareas del campo mientras mi madre atiende las labores de la casa. Mi abuela, que me quiere mucho, es la que me corta el pelo y a veces juego con ella a que soy mayor y le digo que me pinte como a esa señora y miramos la revista para parecerme a ella. A veces le digo que también me pinte las uñas pero a mi madre no le gusta mucho porque la pintura tarda en quitarse. Luego voy con mis amigas y les enseño mi maquillaje y les digo que así son las chicas de la ciudad, que yo lo he visto en una revista. A ellas les vale con los collares y las pulseras que tenemos y coqueteamos un rato pero luego lo dejamos todo y volvemos a jugar a las muñecas en las casitas que hacemos en el camino. Muchas veces jugamos a hacer un colegio de barro y allí pasamos horas y horas imaginando que nuestra “hija” aprende mejor la lección que la de al lado y hay veces que alguna tiene que quedarse castigada por no hacer los deberes. Muchos días el colegio sigue allí hasta que llueve y el agua lo hace desaparecer.
A veces tengo que venir con mis hermanos a ayudarles en el trabajo del campo porque mi madre prefiere que esté con ellos, pero la mayoría de los días me quedo con ella ayudando en la casa. Mi abuela me dice que toda esa gente que sale en las revistas no ayuda nunca en casa, que no saben como huele una flor. Dice que no ven todos los días las nubes bailando en el cielo y que no han subido a ninguna montaña ni se han tirado encima de la hierba seca para disfrutar de su olor o retozar con sus hermanos. Yo cojo una flor roja, miro el cielo y con cara de asombro no logro creerla, pero hago que sí porque yo la quiero mucho. Yo no me llamo Victoria Beckham ni vivo en una ciudad...

10 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Llámalo Victoria Beckham o como quieras llamarlo... poca gente sabe aprovechar y disfrutar como ella, seguro...

Deberiamos de sentarnos junto a ella y sus amigas , somos nosotras, las "chicas de ciudad" las que deberíamos de aprender la lección.

Impresionante texto.

Besos

1:08 p. m.  
Blogger Princess Valium said...

Bonita lección. Hay que aprender a valorar las pequeñas cosas.

Un beso

2:34 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Como siempre es genial lo que escribes... es que trasmites una paz increible! jajaj aunque supongo que lo sabes!
Cuando quieras te paso música, tengo tanta que a veces siempre acabao escuchando la misma..
Besos!

5:03 p. m.  
Blogger el santo job said...

es muy bonito. Es muy complicado ser feliz con lo que tenemos. Y aun más con menos. Pero ahí, tengo la estúpida sensación, de que es lo que vale.

Me encanta el blog. namasté a tí también. Y un abrazo!

6:02 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me ha encantado... Efectivamente, la felicidad se compone de pequeñas cositas, que a menudo no sabemos disfrutar... Habrá que seguir en ello. Un abrazo

8:57 a. m.  
Blogger La-Roc said...

Muy buen post!!

Saluditos desde Puerto Rico

3:28 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola,

Me ha gustado este texto. Me has traído de vuelta sensaciones que compartí entre gente magnífica. hace muchísimos años, muy lejos de aquí, casi en otra vida.

Gracias por eso

(│) Namasté.

4:00 p. m.  
Blogger Lúmina said...

Que lindo escrito...
Desgraciadamente mientras las prsonas mas tienen, menos disfrutan, porque siempre estan esperando mas...
Ella lo poco que tiene lo valora y lo disfruta como si fuera un tesoro...
Me dieron ganas de salir de Santiago...
Aqui las nubes no bailan...
No veo las estrellas... Y la luna solo aveces...
Extraño mi desierto...
Gracias por tus comments

8:21 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

que triste no ver las nues bailar ni pararse a oler las flores... que seria de los dias sin esas pequeñas cosas...
besitos!

1:02 a. m.  
Blogger Dr. Fierro said...

que buen post. Felicidad, cosa tan relativa

4:54 p. m.  

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