jueves, julio 26, 2007

De pequeño, en el pueblo

Filín era aquel chico con el que me pegaba en el pueblo a pedradas. Yo no recuerdo por qué nos llevábamos tan mal pero si lo hago metiéndome a toda velocidad dentro de la puerta de mi abuela para cubrirme de las piedras que aquella fiera me lanzaba. Yo salía a ráfagas para darle mis respuestas mientras recargaba la munición entre sus manos. Cuando volvieron mis padres y mi hermano a por mí ya era un experto en lanzar cantos a distancia.
El pueblo ahora parece haber cambiado. O quizás lo haya hecho yo, ya que por aquel entonces contaba sólo con cinco añitos. En el húmedo norte cogía muchos catarros y por prescripción médica me llevaron junto a mis abuelos a saborear la experiencia de un mundo castellano durante todo un año académico.
Aquel día me levanté por la mañana y mis padres y mis hermanos ya se habían ido dejándome un cochecito entre mis manos para calmar mis llantos.
Quiero recordar ahora todo aquello, mientras pedaleo lentamente por estas calles desoladas, sin apenas gente, quietas y silenciosas. Como cuadro de aquellos recuerdos intento recuperar ciertas sensaciones y me viene junto a ellas la de angustia, esa angustia que la propia reflexión proporciona, la de esa inquietud por el veloz paso del tiempo.

13 Comments:

Anonymous Anónimo said...

El viaje al pasado, con los recuerdos como equipaje de mano, transcurre siempre entre la alegría de revivir emocionalmente los susurros, risas y vivencias; y la nostalgia dolorosa de ver que todo aquello es irrepetible. La vida así lo prescribe.

4:08 p. m.  
Blogger APARTAMENTOS EL VALLE said...

los recuerdos surgen como chispazos despertanto emociones y recuerdos dormidos....

10:34 p. m.  
Blogger neus said...

a pedradas? uf... eso sí es aprender rápido ;)

El pueblo cambió, tu cambiaste... todo cambia. Y cómo decía no sé muy bien quien, todo pasa, todo queda.

Namasté!
un abrazo fuerte!!!

7:29 a. m.  
Blogger Gnomusy said...

Recibir una pedrada, aunque sea de niño, despierta a uno rápidamente a la dureza de la vida, y a que hay que responder sin muchos miramientos.

Aún conservo una hermosa cicatriz en mi ceja derecha de un episodio bélico similar al que describes. Fué en el río Arlanzón, Burgos, verano del año 1969.

Salud

8:42 a. m.  
Blogger Princess Valium said...

El implacable paso del tiempo que no podemos evitar. Mantengamos los recuerdos pero no dejemos nunca de mirar hacia adelante. El teimpo pasa, sí, pero siempre puede ser mejor.
Un besito antes de mis vacaciones

9:55 a. m.  
Blogger SiervaDelMesías. said...

Hola soy Joselyn saludos especial de Perú, me encantó el contenido, Hoy estoy de descanso, hasta pronto. Un abrazo de amistad.

4:18 a. m.  
Blogger RocanLoveR said...

En la ciudad donde crecí de niña, hacíamos lo mismo, pero de perfecto acuerdo, y jugabamos hasta que alguno salía lastimado xD

Que lindo recordar esas épocas :)

9:50 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

recuerdos y nostalgia.
que lindo!
un beso y un abrazo con cariño.

4:56 p. m.  
Blogger Recomenzar said...

Los recuerdos me invaden por dentro cuando leo algunos blogs como el tuyo
Abrazos

9:39 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

ains... que no te imagino yo tirando piedras, eh? ya te vale...
volver y recordar... porque habia sensaciones que enterramos y que solo en ciertos lugares reaparecen... a veces es bueno reencontrarlas...
besitos a miles

12:13 a. m.  
Blogger Natasha said...

Saludos Namaste

Creo que es primera vez que vengo y me encontré con tus recuerdos, resucitando lo vivido

Un beso

Natasha

6:45 a. m.  
Blogger Petitabruixa said...

La nostalgia de tiempos pasados cuando todo parecía más sencillo o más claro y el paso del tiempo, inexorable...Carpe Diem!

Besos !!!

9:25 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

debías ser un niño gracioso

4:14 p. m.  

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